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Flora by Gucci

Esta fragancia del 2009 toma su nombre de un estampado clásico de Gucci usado en 1966 para una bufanda de seda diseñada especialmente para la princesa Grace de Mónaco y que fue descubierto y vuelto a poner en circulación rescatándolo de los archivos de la empresa. A pesar de la inspiración clásica, el aroma fue diseñado bajo líneas de estilo más moderno y más juvenil con un centro floral balanceado descrito como un equilibrio entre un osmantus de características aterciopeladas y cuerosas con rosas más frutales y ligeras. El frasco tiene forma hexagonal y lleva el nombre escrito con el mismo tipo de letra usado desde "Gucci by Gucci" en versiones masculinas y femenina, basado en la caligrafía del fundador de la marca, Guccio Gucci. Las notas principales declaradas en el sitio de Gucci son: cítricos frescos de mandarina, peonía, rosas, osmantus, sándalo y pachulí.

La partida de la fragancia se siente bastante frutal, con aromas entre variantes de bergamota o mandarina, damascos, e incluso dejos tropicales en la línea de la piña o guayaba como en Gucci by Gucci, pero con una veta floral central que rebaja las notas frutales impidiendo que el resultado final sea como un tutti frutti. Se sienten notas azucaradas parecidas a las de frutos rojos, aunque también parece el aporte de un floral que aumenta gradualmente. En fase media las notas florales se hacen sentir tomando el dominio, en tonos dulces y jóvenes y con una capa azucarada que recuerda a frutas rojas suaves, teniendo de fondo una veta cítrica en la línea de las bergamota por el nivel aromático bajo que presenta. Esporádicamente aparece un tono de crema floral parecido a la naranja de Happy Clinique, aunque en mucho menor intensidad, junto con un picante que se siente al oler por mucho tiempo (posiblemente un especiado o una raiz terrosa muy al fondo que no altera la mezcla floral). El osmantus se siente como una flor al damasco, algo parecido a Dreamings de Tommy Hilfiger pero más rebajado y a la crema, con algo de agua de florales a la rosa dulce. La peonía parece actuar como unión entre las rosas y el osmantus dando un cuerpo central fresco también al agua, bastante fresco pero no muy fragante. Por momentos se cuela una nota extraña, entre sintético con madera, vetiver o notas base de chiprés... al parecer la misma nota especiada picante esporádica que se sintió al comienzo de esta fase. En fase final los tonos florales del comienzo bajan bastante, dando la impresión que se presentan nuevas flores más cercanas a un jardín normal como lirios del valle y más notas terrosas opacas... entre ellas parece estar el pachulí que le quita luminosidad a las rosas y al osmantus inclinándolo a un estilo cercano al chiprés aunque todavía bastante frutal.

La fragancia se siente como un floral joven, de intensidad media pero con una mezcla donde las flores interactúan entre sí sin que ninguna de ellas destaque más que el resto y con un balance de estilo entre el rosado, el primaveral y el dulce azucarado. El aroma es bastante primaveral por la suavidad de las flores que en ningún momento se sienten densas o agresivas, fresco para un uso de diario cotidiano y limpio para el resto del día. En oficina es femenino y limpio, algo inocente y joven aunque sin muchos puntos llamativos que destaquen, llamen la atención o lo hagan un aroma recordable por alguna nota exótica. Como fragancia nocturna el tono fresco e inocente de las flores juega en contra en ambientes más turbios, dando la impresión de un perfume de día luminoso. Como fragancia romántica es agradable sin ser sensual o adictivo, cumpliendo con establecer un ambiente agradable para estar en pareja. Rango de edad bastante amplio, entre 20 y 60 años, aunque con preferencia en el segmento 20-35 años por el aire inocente que da.