Boum Eau de Parfum by Jeanne Arthes
Esta fragancia, creada en una fecha estimada previa al 2008, es parte de la línea de perfumes de la marca francesa Jeanne Arthes que elabora productos bajo una visión de calidad alcanzable a precios razonables, con Boum siendo la primera de una serie femenina de líneas dulces alegres y con un aire jovial. El envase considera una botella cilíndrica donde su base y parte superior están curvadas y tienen grabado en el vidrio una textura con la palabra "Boum", rematando en un spray que tiene un anillo que bloquea la activación de la válvula, todo en color rojo y rosado. En el sitio de Groupe Arthes no aparece este perfume dentro del catálogo de fragancias, sin que se cuente con un detalle de su estructura aromática.
En partida el perfume destaca notas principales de rosas y duraznos con un fondo acuático que tiene características de loto, sumando a los 5 minutos un punto frutal rojo con matices secos que son aportados por una pimienta rosada, aumentando la presencia de una línea turbia a los 10 minutos que se basa en loto con adicionales de calone e incluyendo a los 15 minutos apariciones de frambuesas, siguiendo a los 20 minutos con tintes verdes adicionales de tallos de flores que se mueven en paralelo con las frambuesas que adquieren un formato de jugo. En fase media a los 30 minutos aumenta la presencia de notas verdes que empujan a las frambuesas hacia una línea polvosa centrada en rosas y peonías, con la veta de durazno también fundiéndose con las flores, apareciendo a 1 hora puntos ásperos de polen que elevan el aporte de frambuesas dejando una base verde floral todavía indefinida. A las 2 horas el perfume combina rosas y violetas con nuevas notas azucaradas que van en alza y que provienen de frambuesas y duraznos maduros al etileno con un adicional de peras, bajando a las 3 horas el aporte de flores en favor de frambuesas más secas y menos jugosas con cruces verdes más definidos en fresias donde las violetas decaen a un fondo metálico, surgiendo a las 4 horas nuevos aportes frutales que acompañan a las frambuesas y que van por mandarinas confitadas y un ácido cercano a piñas que producen una similitud con productos de la marca Ágatha Ruiz de la Prada. Al pasar de las 6 horas el grupo frutal muestra un acabado maduro más licoroso que se cruza con granos de tonka, conservando una línea centrada en duraznos y damascos donde la frambuesa vuelve a peonias y rosas aislando el azucarado como una línea aromática independiente que se vuelve a dominante a las 9 horas, centrada en manzanas y fresas o frutillas en reemplazo del ácido de la frambuesa e incluyendo tonos al limón en fresias verdes, con el grupo frutal tomando a las 12 horas una apariencia menos densa o sintética que abre nuevamente las frambuesas a duraznos con aportes de peonías y mandarinas sobre una base verde al melón similar a un calone. En fase final a las 24 horas el perfume reduce el aporte azucarado manteniéndose en un aroma de frutas rojas con mayor presencia de duraznos, sumando una base dulce de vainilla que aparece mezclada con peonías a la magnolia.
El perfume sigue un estilo de ciudad alegre y joven centrado en azucarados frutales, consiguiendo también adaptarse a edades mayores a las de un público adolescente, apuntando a nivel de diario en primera instancia a usos de primavera y verano sin seguir un perfil deportivo. En oficina la veta frutal en ocasiones se siente sintética durante su fase media, restando elegancia y reduciendo la posibilidad de mostrarse como un producto artesanal, siguiendo una línea más bien cotidiana y empática entre colegas en el segmento informal, logrando un efecto memoria dentro de lo mediano y que ocasionalmente supera este nivel al ser una combinación de notas conocidas mezcladas sin la intención de imitar a otro perfume. En el caso nocturno la fragancia mejora su potencial de uso con un primer público adolescente que favorece situaciones extrovertidas como fiestas o salidas con amigos, manteniendo un enfoque informal a toda edad pero volviendo a niveles jóvenes en el caso semiformal como una forma de compensar la falta de notas elegantes, sin alcanzar a llegar al nivel formal. En lo romántico los azucarados licorosos llaman la atención en conversaciones adolescentes, tendiendo a perder una capacidad sensual o de curiosidad a mayor edad y en situaciones más serias, a nivel general entendiéndose como un perfume de disfrute personal. Rango de edad entre 15 y 60 años.