Ungaro pour L’Homme II by Emanuel Ungaro
Este perfume de 1992 es una nueva propuesta que surge de Ungaro pour L’Homme lanzado el año anterior y que antecede a Ungaro pour L’Homme III de 1993, con estos 3 perfumes estableciendo una trilogía de la cual sólo la edición III se mantiene en producción, en particular con L’Homme II proponiendo un aroma más ligero y a la naranja comparado con su predecesor, conservando una base en madera y musgo propio de la época. El envase sigue una forma de frasco común dentro de la trilogía, con una botella de frente rectangular que posee una pequeña curvatura en el centro hacia el frente, con bordes en dorado y tapón plástico que posee turbiedades que imitan las vetas de un mármol, con el vidrio tomando un tono azul oscuro casi morado y el tapón usando un color amarillo con vetas en naranja. En el sitio de Ungaro no aparecen referencias a este perfume al encontrarse descontinuado, sin que se cuente con un listado oficial de notas.
En partida la fragancia tiene un inicio verde alimonado con un cuerpo fresco y no denso que gira en torno a aportes apagados de cuero y maderas tenues, teniendo a los 5 minutos un alza en la línea de limón que se inclina a herbales tipo verbena con un frescor especiado todavía indefinido próximo a canela y jengibre, dando indicios a los 10 minutos de aportes florales tenues y neutros que incluyen una aparición discreta de lavanda, con un repunte del grupo cítrico a los 15 minutos qué cambia el limón verde por naranjas y destacando al llegar a los 20 minutos una capa de madera especiada con proximidad a aliños de cocina y que incluye semillas de cilantro con verdes herbales tipo tomillo. En fase media a los 30 minutos el aroma se mantiene centrado en naranjas con especiados amaderados ligeros y referencias a condimentos verdes de cocina, sintiéndose una interferencia breve tipo orina como en una civeta pero que pasa pronto a semillas de cilantro alimonadas al jengibre, perdiendo precisión en los aportes florales que siguen neutros e indefinidos y sosteniendo un acabado ligero donde la naranja no alcanza llegar a nerolí o a estilos de agua de colonia, aproximándose a 1 hora a un enfoque más terroso en semillas de cilantro con canela a la baja y ascenso de florales neutros de perfumería clásica al clavel. A las 2 horas el perfume se mantiene ligero balanceando mezclas terrosas con especiados que brevemente dan un indicio de comino corporal dentro de los tintes de cocina, con las naranjas combinándose con jengibre y fundiéndose en un acabado más seco de cáscaras que se apega a líneas de ámbar seguido de un tenue de agua de lavanda, elevando una sensación más amaderada que se combina con musgo a las 3 horas y recupera tintes principales de semillas de cilantro más vivas y con nuevos aportes de alimonado verde fresco que se combinan con canela y jengibre fresco no denso ni picante, tomando la fragancia a las 4 horas un acabado más tradicional en sándalo con musgo cálido levemente al ámbar y dejos de lavanda, con ausencia de las capas principales al limón y naranja con verdes. A las 6 horas la fragancia conserva trazas de lavanda que aligeran las maderas, con el ámbar teniendo alzas más dulces que se aproximan a aportes licorosos suaves y mesurados, destacando a las 9 horas una nueva línea de talco de lavanda con vainilla tipo cumarina en un formato cercano al musk, con vetas frescas que se presentan a las 12 horas y que reúne a las notas iniciales de naranja en cáscara con canela y ámbar más un dejo delicado de menta con lavanda. En fase final al pasar de las 24 horas la fragancia muestra una variante dulce de lavanda que incluye aportes de musk como en Tabac de Mäurer & Wirtz junto con ámbar y restos de condimento de cocina no verdes en jengibre con eneldo y un comino mesurado, incluyendo referencias menores a cáscara de naranjas.
La fragancia se apega a un estilo de la época al centrarse en una base de acabado al musgo y condimentos de cocina con ámbar que predomina por encima de otros aportes como lavanda y tintes verdes, que aparecían destacados en la edición III de la trilogía y que de cierta manera pudo ayudar a que esta última versión perdurara en el mercado, con la fragancia ofreciendo una presencia acotada y no densa que se aproxima al estilo de la década del 90 más fresca, moviéndose a nivel de diario como un atemporal que no se identifica de manera funcional con una época en particular del año y que se aleja de situaciones deportivas. En oficina el aroma se mantiene pulcro y serio, con dominios en ámbar y musgo en su porción final que otorgan un grado de madurez a quien lo usa y determinan una presencia mayoritariamente semiformal que se relaja y se presenta de manera más natural y relajada a mayor edad, con un efecto memoria que no supera lo mediano al sostener un grupo de notas acotado que coincide con la base de otros perfumes ya establecidos. En lo nocturno el aroma requiere de sobreaplicaciones para destacar en un marco ambiental limpio y que se aleja de los grupos adolescentes y juveniles, por estructura careciendo de notas potentes que lo sustenten en situaciones formales o de gala, sintiéndose como un aroma complementario para reuniones en casa, cenas o salidas con colegas después de la oficina. En lo romántico las porciones de ámbar y madera se sientes más gratas que otros perfumes de la época, mesurando a la vez los aportes de verdes y especiados que no punzan en nariz, pero a nivel general sintiéndose con mejor potencial de desplante como un perfume de disfrute personal que como una opción clásica sensual. Rango de edad entre 30 y 60 años.