Anaïs Anaïs Premier Délice
Esta fragancia del año 2014 es una nueva propuesta que deriva del primer perfume de la marca Cacharel, Anaïs Anaïs de 1978, manteniendo un concepto de aroma femenino, joven e inocente donde se adopta un nuevo enfoque gourmand más alegre basado en peras con cacao en remplazo de la mezcla flora de jardín. En envase usa la misma forma de botella cilíndrica de Anaïs Anaïs donde se actualiza el tapón a una forma esférica en plástico transparente , cambiando el color del vidrio, líquido y etiqueta hacia tonos rosados. En el sitio de Cacharel destacan que las notas principales del perfume son: bergamota, fresias, jazmín, cacao, peonías blancas, cedro, naranja, peras y ambroxán.
El partida el perfume tiene un inicio en frutales rojos cercanos a fresas y frutillas, sin ir hacia ácidos de frambuesas y dejando ver un complemento dulce de vainilla que se sostiene por los primeros 5 minutos sin grandes variaciones, incluyendo a partir de este punto una oscilación que incluye capas verdes ásperas tipo tallos de flores no amaderados que se mezclan con tibios de crema, tomando esta capa verde una forma de flor silvestre que se define de mejor manera a los 10 minutos en fresias por unas apariciones de alimonados discretos, agregando a los 15 minutos una nueva nota dulce próxima a peras de pulpa delicada no áspera al mezclarse con capas de musk que aportan un acabado jabonoso, llegando a los 20 minutos a un retorno de frutales rojos menos pronunciados que van por peonías con lichís. En fase media sobre los 30 minutos la fragancia vuelve a presentar el tono vegetal que sale del rango floral y se aproxima a almendras amaderadas con un dulzor que insinúa cáscaras de naranja seca, aumentando en la base un tibio de vainilla levemente cremoso que se mezcla con el vegetal de almendras retornando a una flor silvestre de jardín tipo geranio o jacinto a 1 hora de aplicado. A las 2 horas la fragancia mantiene el matiz vegetal silvestre que no alcanza a llegar a un nivel de flor de azahar o lirios del valle, compensándola con dulces de vainilla que crean apreciaciones de madreselva como en la versión original de Anaïs Anaïs pero que se orientan rápido hacia fresias y peonías rosadas, teniendo una baja de intensidad a las 3 horas que reduce a un mínimo la vainilla y las peonías dejando un punto azucarado tenue donde la veta vegetal se afina en un jazmín frío de baja profundidad, volviendo las fresias con peonías rosadas a las 4 horas con una tibieza extra que se distancia de la vainilla y se acerca a ámbar. Al pasar de las 6 horas el perfume se enfoca en una característica dulce qué va más allá de la vainilla y que está matizada por tonos frutales más compactos y neutros, sintiéndose un amaderado cálido próximo al aroma de un café con leche simple con pachulí apagado, aumentando el aporte de crema a las 9 horas en un formato limpio no cremoso ni asociado a gardenias que retorna a fresias solapadas por musk que reducen la presencia de maderas y vainilla, sintiéndose a las 12 horas una variante de las peras con un ámbar diluido. En fase final después de 24 horas la fragancia deja atrás las referencias a flores y frutas en favor de un cálido que tiene puntos similares a un confitado de pachulí apegado a un formato limpio que bordea un chocolate blanco y graso, pero que luego se define hacia un ámbar tostado con aires de madera próximo a granos de tonka.
La fragancia guarda poca relación con la versión original de Anaïs Anaïs, entendiéndose como una propuesta juvenil equivalente al estilo floral de finales de la década del setenta donde se cambia la profundidad de las flores de jardín inocentes por un frutal rojo que da paso a vainilla discreta con fresias ligeras, manteniéndose a nivel de diario en un rango primaveral y veraniego lejano a actividades deportivas. En oficina el aroma presenta un punto brillante inicial que luego se vuelve discreto, con un matiz general femenino de bajo impacto que privilegia una limpieza no intrusiva con un aire dentro de un marco cotidiano de espacios limpios, afectando el efecto memoria que tiende a bajo por una corta proyección de notas destacadas o particulares que se sostengan en el tiempo. A nivel nocturno el perfume requiere de altas dosis para destacar en su fase inicial que se siente más viva y joven, pasando luego a un estilo que tiene mejor potencial en el día que en la noche. En lo romántico varios de los tintes principales el perfume se sienten generales o cotidianos, nuevamente sin proponer una estructura más elaborada que saque provecho de una intención de conquista o proyección de sensualidad, entendiéndose como una fragancia relajada y limpia para disfrutar de manera personal. Rango de edad entre 15 y 60 años.