Monsieur Léonard by Léonard
Esta fragancia del 1992 pertenece a la casa francesa Léonard, fundada en 1958 por Jacques Léonard y Daniel Tribouillard, desarrollando en sus comienzos un proceso que permitía la impresión de telas de difícil manejo que marcaron la diferencia con otras marcas de alta costura, destacando el uso de motivos florales en vestidos de seda y optando por una orquídea como emblema de la marca, enfocándose a finales de la década del sesenta en el uso de telas muy ligeras sobre las cuales se estableció el lema publicitario de “El vestido Léonard: 150 gramos de felicidad”, incluyendo como hito una colección de kimonos de seda en 1983 en Japón que marcó la primera intervención de un occidental en un arte ancestral de más de 2000 años de antigüedad, ocurriendo una diversificación de la producción a comienzos de los años setenta hacia la fabricación de corbatas, sedas y perfumes donde Monsieur Léonard aparece como el segundo perfume masculino creado por la marca hasta la fecha ubicándose después de Léonard pour Homme de 1980 y antes de Léonard Homme del 2008. El envase consiste en una botella plana de frente redondo en vidrio verde con un tapón y spray en dorado, con un logo también dorado en el centro que da la idea de un bosquejo a lápiz de un hombre cuya corbata vuela al viento. En el sitio de Léonard Paris no aparecen referencias a este perfume, el cual se reporta como descontinuado desde la década del 2000.
En partida la fragancia tiene un inicio en verdes centrados en características de bosques, con un punto principal mentolado que tiene orígenes que van por pino, pachulí y hojas de lavanda o romero, precisando a los 5 minutos un tinte resinoso característico de las hojas de romero y lavanda que se mezcla con aportes amaderados discretos que incluyen una veta especiada con un aire mínimo de la familia del clavo de olor, canela y nuez moscada, volviéndose más fresco el aroma a partir de los 10 minutos con un enfoque que bordea un enebro simplificado combinado con las líneas de especiados que en principio crean un efecto frío metálico cercano al marino de perfumería clásica y que lentamente se acerca a florales neutros con un aire de limón no completamente definido a los 15 minutos, dando impresiones de lirios del valle muy solapados y geranios al agua a los 20 minutos. En fase media a 30 minutos la fragancia tiende a líneas de lavanda clásica matizada por acabados de limón verde de origen herbal y floral, teniendo saltos ocasionales a nerolí tipo colonia que se confunde con picores de agua especiada, aproximándose al cabo de 1 hora en un aroma fresco en madera de sándalo con acabados de limón y bergamota de finales de los años ochenta más un verde amplio que contiene musgo con lavanda. A las 2 horas la fragancia reduce la presencia de lavanda a una base con aspecto de jabón, elevando como nota principal un floral de aspecto alimonado que se base en nerolí con verdes y contiene especiados neutros generales, enfocándose en un lirio del valle con aspecto unisex que es compensado por tintes de pimienta, manteniendo a las 3 horas un acabado de agua fresca con centro especiado entre nuez moscada y clavo de olor con aportes de musgo y alimonados menos precisos que se asocian a enebro y vetiver limpio, incrementando en este punto aportes de herbales de cocina a la nuez moscada con orégano ligero y tomillo sin llegar a albahaca, recuperando a las 4 horas un frescor de agua de lavanda con fondos de musgo con tintes de cuero, planteando rasgos de madera terrosa al jengibre y repuntes de nerolí elegante más punzante y menos verde como en Boucheron pour Homme. Al pasar las 6 horas el aroma de limón se aligera retornando a un nerolí de colonia menos intenso pero todavía dominante, aumentando los fondos de musgo que dan un paso por madera y se estabilizan en vetiver con aportes de pachulí de bosques, tendiendo a las 9 horas hacia un acabado de tierra que sigue apegada a musgos y retornan a acabados de cuero que combinados con el limón dejan una idea de fragancia mediterránea, con los tonos herbales compactándose en tintes de semillas de cilantro y nuez moscada que absorben gran parte de los alimonados, llegando a 12 horas con una intensidad menor que sigue centrada en un terroso de musgo con reemplazos del nerolí por agua de lavanda. En fase final después de 24 horas la fragancia toma una inclinación hacia ámbar qué sigue basándose en terrosos de musgo de menor intensidad, colocando en segundo plano grupo herbales de cocina que apuntan a romero y que por esta línea vuelven a la idea inicial de hojas de lavanda clásica.
La fragancia presenta un aspecto que parece ubicarse en el medio de un cambio de época, reuniendo ingredientes verdes y especiados como en la década del ochenta pero con una proyección fresca y limpia tipo años noventa, apuntando a nivel de diario a un uso atemporal con momentos iniciales más veraniegos y un final invernal de interiores, aguantando actividades deportivas ligeras en exteriores. En oficina el aroma sigue un perfil pulcro semiformal que reúne conceptos clásicos que se sostienen en reuniones serias y se mantienen lejanos a un estilo juvenil relajado, pero que también se sienten presentes en otras propuestas que reducen su efecto memoria que se mantiene en mediano teniendo un punto alto en las vetas alimonadas tipo colonia. En el campo nocturno la fragancia se relaja como una fragancia correcta para reunirse con amigos o colegas, con un estilo nuevamente no juvenil en reuniones sociales y cenas especiales, quedando corto en proyección y complejidad al entrar en el segmento de eventos formales. En lo romántico la fragancia tiene un aire limpio que cae en una categoría clásica que suele tener adeptos constantes, pero careciendo de puntos fuertes en la proyección de una intención sensual o en plantear agresividad con la cual desmarcarse del promedio, asumiendo un enfoque más personal que conquistador. Rango de edad entre 30 y 60 años.