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Sunrise Men by Franck Olivier

Esta fragancia, con un año de lanzamiento estimado en el 2010, pertenece a la marca Franck Olivier que corresponde al nombre artístico de un diseñador francés y que coincide con el de un cantante belga, cuyos comienzos están en el manejo de empresas textiles en la década de 1950 y 1960, abriendo su primer negocio en 1964 y lanzando su primera colección de alta costura al año siguiente inspirada en su experiencia en fiestas elegantes, cócteles y recepciones a las que asistió como hijo de un diplomático, ampliándose a Japón y a la Quinta Avenida en Estados Unidos con diseños caracterizados por siluetas ligeras y estampados llamativos accesibles a todo público, ingresando al negocio de las fragancias en 1993 por medio del grupo familiar Sodip creado especialmente para la distribución de los perfumes de esta marca, con Sunrise Men apareciendo al mismo tiempo que Sunrise Woman y al menos por el lado masculino iniciando una serie a la que se agregarán Sunrise Urban y Sunrise Vetiver. El envase usa una botella de frente rectangular cuyos bordes se unen creando un perfil con forma lenticular cuando se le ve desde arriba, similar a la de L'Eau D'Issey pour Homme, con un vidrio transparente de base gruesa con un decorado en la parte baja que recuerda las líneas de un abanico o los rayos de luz de una salida de sol estilizada, con el tapón también teniendo un acabado transparente y el líquido en su interior asumiendo una tonalidad celeste. En los sitios de Franck Olivier y de Sodip destacan que las notas principales del perfume son: bergamota, mirto, lavanda, hojas de violeta, salvia, jazmín, ámbar, granos de tonka y sándalo.

En partida el aroma presenta una partida fría que combina lavanda con menta combinada con giros secundarios a los 5 minutos en cardamomo que refuerzan el aporte de mentoles especiados, mostrando sobre los 10 minutos una evolución calmada que establece un aroma de características lineales, abriéndose a los 15 minutos a enebros apegados a la estructura central y que reducen la frescura de la menta a lavanda a los 20 minutos. En fase media el aroma mantiene un acabado frío en enebro con participación de especiados neutros donde destaca un jengibre amaderado, incluyendo aportes verdes en pachulí que equiparan al enebro y aumentan la presencia de maderas que apuntan a vetiver, enfriándose el aroma a 1 hora con un ascenso de pomelo que se mantiene solapado por el enebro y el pachulí. Sobre las 2 horas la fragancia mantiene un aspecto relativamente lineal en enebro que tiene una aproximación a otros aromas clásicos y conocidos de la década del 90, desarrollando matices florales de perfumería masculina que pasan por lirios del valle como un desarrollo de la traza verde del enebro y por un tinte de limón, recuperando parte de la lavanda inicial que cae al fondo como un soporte de agua fresca alineada con las flores, volviendo a las 3 horas a una tendencia aromática más compacta centrada en menta de enebro con porciones oscuras que están entre violetas y lavanda opaca, oscureciéndose el aroma a las 4 horas por unos tonos extras similares a cuero que derivan del enebro y se acercan a cardamomo, agregando un dulce discreto de ámbar dominado por alimonados verdes. Pasadas 6 horas la fragancia combina una base de enebro frío con aportes florales que pasan de alimonados de lirios del valle a jazmines neutros con una cercanía a un agua fresca al considerar presencia de especiados suaves y amaderados, dejando una idea vaga de frescor de Herrera for Men de Carolina Herrera pero en un formato menos complejo y menos profundo, aumentando la madera a las 9 horas que sigue un formato seco alineado con el agua especiada en torno a nuez moscada de bajo picor junto con verdes de enebro con hojas de lavanda, incorporando a las 12 horas un tinte de cáscara de limón verde alineado con enebro y que reemplaza el frescor floral neutro. En fase final de las 24 horas el aroma conserva los tonos aromáticos principales ya presentes en las etapas anteriores, dando una inclinación por parte del enebro hacia lavanda acompañada de tibios turbios al fondo que oscilan entre ámbar, cuero y cardamomo mentolado que entregan un nuevo acabado más polvoso al fondo.

La fragancia sigue un comportamiento mayoritariamente lineal que deja la impresión de estar basado en otro perfume al apegarse a un grupo estable de notas, siguiendo una tendencia clásica en enebro y lavanda que fomenta una impresión limpia y fría apta para usar a nivel de diario en primavera y verano, pasando a un atemporal de interiores por la potencia del aroma, tomando por momentos el aspecto y potencia de un desodorante que permiten su uso como complemento a algunas actividades deportivas mesuradas. En oficina el perfume cumple con conservar una imagen clásica que va en el rango informal a semiformal, por la simpleza de la estructura aromática teniendo momentos cercanos a lo cotidiano mientras conserva un efecto memoria sobre lo mediano por lo estable del aroma y por la potencia que posee, teniendo en contra la impresión de ser un aroma conocido o tener porciones presentes en otros perfumes.En lo nocturno la fragancia se apega a situaciones relacionadas con salidas informales a lugares contaminados, fiestas y reuniones con amigos aportando un aspecto pulcro sin entregar excesiva seriedad en el caso adolescente, llegando con soltura hasta el nivel semiformal pero sintiéndose algo genérico y más simple en el extremo formal. En el escenario romántico la fragancia toma matices serios que son más cercanos a un desplante personal pulcro que a una intención de conquista y seducción. Rango de edad entre 20 y 60 años.