Vainillary by Lush
Este perfume de Junio del 2009 se incluye dentro de la colección de grandes éxitos o Greatest Hits de la marca de cosméticos británica Lush, con el aroma siendo preparado por el fundador de la marca Simon Constantine e inspirado por una visita del equipo de Lush al restaurante The Fat Duck perteneciente al chef Heston Blumenthal donde comieron un budín de vainilla, donde la fragancia rescata las características principales de este postre que gira en torno a características de vainilla con un aporte de granos de tonka para imitar un efecto de caramelo tostado. El envase original del perfume considera el formato de botellas negras con forma de cono invertido, con las ediciones actuales adaptándose a las líneas de Volumen 2 incluyendo una etiqueta dibujada a mano en amarillo que muestra una flor de orquídea de vainilla. En el sitio de Lush basado en el Reino Unido destacan que las notas aromáticas principales del perfume son: vainilla, granos de tonka y jazmín
En partida la fragancia presenta una tonalidad que se mueve dentro de la familia de la vainilla pero a nivel amplio sin rasgos específicos, entregando a los 5 minutos una impresión cremosa láctea parecida al aroma de una barra de mantequilla que consigue una buena proyección ambiental de forma ligera y sin sentirse densa, con cruces verdes suaves e imprecisos que dan la idea de herbales y florales neutros por encima de los 10 minutos, incluyendo un picor similar a madera que se aproxima al tono tosco de una vaina natural de vainilla al pasar de los 20 minutos. En fase media a los 30 minutos la fragancia incrementa la densidad de la porción amaderada de vainilla volviéndose más denso y generando picores mixtos en nariz similares a una nuez moscada que pasan pronto a ámbar y sensaciones de untuoso similares a las de un grano de tonka concentrado y natural que se proyecta de manera profunda combinándose con aromas de vaina cortada de vainilla de cocina, generando aires ambientales tibios similares al de un bronceador clásico sin aceite de coco, profundizando a 1 hora un acabado terroso similar a azafrán donde se percibe un frescor al agua solapado. A las 2 horas la fragancia baja su intensidad conservando una buena proyección ambiental más ligera, con sensaciones oleosas paralelas a la vainilla que se acercan a coco junto con terrosos de azafrán que son absorbidos por un ámbar denso que se combina con derivadas de cuero y cumarina, teniendo oscilaciones hacia azúcar tostada y madera tibia, desarrollando a las 3 horas una variante concentrada de las tonalidades de fruta madura de la nota de granos de tonka pero con influencia cercana de vainilla que crea un marco aromático tibio amaderado y terroso con aires de ámbar, volviéndose más suave y menos áspero el aroma a las 4 horas con un acabado dulce general que vuelve a caramelo tostado, sintiéndose más aterciopelado en el tinte de maderas que proviene de la vainilla y recuperando un aporte inicial de mantequilla que gradualmente se orienta a un floral limpio y cremoso blanco del tipo tuberosa. Al superar las 6 horas la fragancia se aligera y oscurece a la vez, intensificando el aroma de tonka y rebajando los acabados de madera de la vainilla reemplazándolos por un frescor todavía solapado de flores, creando un aspecto turbio a las 9 horas que ronda el ámbar con reapariciones de vainilla en una línea más tosca, tomando un matiz más dulce en la vainilla a las 12 horas que no alcanza a llegar a un tono de postre por un incremento de los amaderados secos al fondo cruzados con los turbios de tonka. En fase final a las 24 horas la fragancia toma un aspecto más limpio al agregar un oleoso de mantequilla alineado con las variantes ambaradas del grano de tonka incluyendo un frescor verde con dejos de agua que parecen venir de un jazmín sumando una vainilla ahora más especiada y menos amaderada.
La fragancia, si bien busca una aproximación gourmand al inspirarse en un postre y que en algunos aspectos de azafrán y caramelo tostado bordean la idea de un Crème brûlée, presenta profundidades que giran en torno a a una vainilla natural propia de perfumería natural que se abre a impresiones de madera y tibios de frutal de tonka, teniendo un enfoque que puede interpretarse como un unisex orientado a nivel de diario en invierno y lejano a actividades que hagan transpirar en exceso. En oficina la fragancia toma una inclinación femenina al destacar rasgos de crema floral en su punto medio, encajando mejor en mujeres de vestuario pulcro en el rango semiformal pero apegado a una dosificación acotada por la facilidad que tiene el perfume en volverse intrusivo, con un efecto memoria destacado por lo particular del aroma que es difícil de igualar por su profundidad, combinado con una estela aromática alta. En el caso nocturno la fragancia se aleja de situaciones juveniles o dinámicas volviendo como una propuesta unisex de climas fríos, apegándose en general a salidas y juntas con amigos donde el motivo central de reunión no es un tema culinario al poder presentar interferencia con los aromas de la comida que se pretende disfrutar, sintiéndose acotado y con menor brillo en eventos formales o de gala. A nivel romántico el perfume puede ahogar a quien se acerque o se mantenga a corta distancia, con el desplante del perfumes teniendo mejor potencial como aroma para disfrutar de manera personal. Rango de edad entre 25 y 60 años.