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Rocabar by Hermès

Esta fragancia de 1998 es uno de los 4 perfumes masculinos que mantiene en producción la casa francesa Hermès, junto con Équipage, Bel Ami y Terre d'Hermès, con esta fragancia usando el nombre de un tipo de diseño de tejido conocido como Rocabar (del francés "Rug à barres" o "manta con diseño a rayas"), que tiene su origen en la manta que se coloca como protección entre la silla de montar y la piel del caballo y que solía consistir en un tejido de lana con un diseño listado en tonos marrones. El envase actual del perfume se apega a la forma de botella original de Eau d'Hermès y que ha sido asumida por la mayoría de las fragancias de la marca, principalmente la colección Hermessence, la serie "Un Jardin..." y Eau d'Orange, con el frasco antiguo existiendo durante la década del 2000 y teniendo una forma plana y rectangular similar a la de "24, Faubourg", envuelta en un trozo de tela de lana con diseño tipo Rocabar. En el sitio de Hermès describen brevemente al perfume señalando que contiene madera, pero sin entregar un listado adicional de notas aromáticas.

En partida la fragancia dentro del primer minuto de aplicado presenta un punto de clavo de olor combinado con un dejo terroso que recuerda a higo, y por este lado dando una aproximación muy cercana a Salvatore Ferragamo pour Homme de la década del noventa y, por similitud con este último, a Obsession Night Men de Calvin Klein, desapareciendo esta impresión rápidamente y manteniendo una línea de clavo de olor suave y fresca sobre una base de enebro más fresca con vetas verdes. En fase media a 20 minutos se suma a la mezcla de clavo con enebro una línea de lavanda ligera y aromática no clásica seguida de un mentol fresco que parece provenir de un cardamomo o un ciprés no denso, con repuntes de la lavanda que se combina con cáscara de limón y que es potenciada por la capa verde mentolada que absorbe a la lavanda y la relega como soporte en la base a 1 hora del inicio, afinando la nota de enebro como dominante a 1 hora y media, la cual se complementa por una sensación jabonosa de agua basada en nuez moscada con repuntes verdes de mentol de ciprés. A 3 horas la fragancia sigue suavizándose en torno al enebro, el cual muestra una variante de puntos verdes hacia pepinos que mantienen una base en nuez moscada que produce un matiz oriental al sándalo como en el primer Xeryus de Givenchy, pero con una intensidad y densidad mucho menor. A 4 horas la fragancia sigue atenuando su densidad, privilegiando un tono jabonoso centrado en enebro con mayor presencia de lavanda que reemplaza las vetas de ciprés, con aumentos ocasionales pero discretos de puntos de pino y trazas de ajenjo que traen recuerdos de porciones de Jazz de YSL y Tsar de Van Cleef & Arpels, mostrando a las 6 horas una baja en el aroma que sostiene una línea estable de enebro con cercanía de pepino verde que llega a pachulí a las 8 horas y que pasa a cardamomo terroso a las 10 horas, desarrollando puntos dulces complementarios de ámbar y bergamota que aportan a un cambio de los grupos verdes hacia un romero con dejos suaves de ciprés a las 12 horas. En fase final a las 24 horas la fragancia se inclina hacia tonos más secos de vetiver que incorporan dejos verdes más rústicos con una intensidad menor y apegada al papel, con un punto escapado de mentol suave que está entre cardamomo y ciprés, con una base de la familia del musgo y el pachulí que conserva un especiado de nuez moscada al agua que se combina con vestigios de lavanda.

Es posible que la fragancia haya sufrido una reformulación junto con su cambio de envase, de acuerdo a comentarios que suelen rodear a este perfume, mostrándose el aroma como una mezcla relativamente suave de enebro natural con inserciones tenues de verdes sin presentar una gran densidad en resinas o tonos de bosque, funcionando bien como una fragancia contemporánea semiformal de diario de corte atemporal al sentirse indiferente de la época del año en que se usa, recalcando la idea de un perfume no dinámico que sostiene una línea aromática relativamente estable en el tiempo. En oficina la fragancia destaca por elegancia, con un efecto memoria mediano al estar estructurado en notas presentes en otros perfumes y al no tener una gran estela, privilegiando un estilo limpio y pulcro profesional perceptible de mejor manera a distancia de conversación, aguantando sobreaplicaciones con mayor soltura en invierno para dar una imagen con mayor autoconfianza. En el caso nocturno la fragancia retorna a un estilo más personal dentro del segmento semiformal, algo alejado de ambientes contaminados y con un aire de seriedad más apropiado para cenas especiales o compromisos de visita, incluso en algunos matrimonios no demasiado complejos o de gala, sintiéndose desencajado a nivel adolescente informal. En el caso romántico las líneas verdes se sienten elegantes y pulcras, aunque apegándose a un efecto de destaque personal más que a un esfuerzo de proyectar sensualidad o intenciones de conquista. Rango de edad entre 30 y 60 años.