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Quicksilver by Quicksilver

Esta fragancia del año 2008 corresponde al primer perfume creado por la marca de ropa deportiva australiana Quicksilver, una empresa creada alrededor del año 1969 como resultado de los experimentos de su fundador Alan Green al tratar de crear una nueva vestimenta para surfear basada en telas impermeables, y centrada en la venta de productos de surf, skate, ski y snowboard, la cual se atrevió a crear este perfume siguiendo los pasos de su filial femenina Roxy que ya había ingresado a este mercado el 2007. La fragancia rescata la esencia deportiva de los surfistas con un aroma que recuerda la brisa marina complementada con líneas frescas y frías de verano, con el frasco mostrando en el frente el logo de la marca inspirado en la pintura "La Gran Ola de Kanagawa" del artista japonés Katsushika Hokusai y con grabados verticales en caligrafía manuscrita irregular impresos en la parte trasera de la botella. Aunque en el sitio de Quicksilver no mencionan a este producto, al menos en el tester de prueba se señalan las siguientes notas aromáticas: pomelo, naranja amarga, eucalipto, tomillo, acordes marinos y sándalo.

La fragancia presenta una partida de tonos cítricos aromáticos indefinidos, en parte inclinados a la bergamota y con sensación de azucarados asociados, agregando a unos 5 minutos de aplicado una tonalidad de verdes de bosque atribuible al eucalipto, que presenta rasgos cercanos a la menta silvestre y a hierbas frías pero sin llegar al extremo mentolado ni tampoco agregar características de aceite medicinal usado en ungüentos, acercándose más a un estilo de helechos. En fase media se mantiene el estilo helechoso con rasgos de hierbas, con una leve inclinación a la salvia no metálica lo que se ve potenciado por un aumento de tonos amargos a cargo del pomelo, más una línea paralela de calone frío un poco más recargada y salada que lo de costumbre, sin notas de melón y con tendencia a aromas de mar que se sienten potenciados por las líneas amargas del pomelo, con los verdes aportando una sensación de bosques costeros y algas. En forma adicional se siente un tono cremoso que no parece ser originado por ninguna de las notas anteriores, el cual asciende en forma gradual hasta alcanzar un máximo a las 2 horas de la partida, tomando tonos que parecen frutos tropicales de coco, mango y algo de vainilla. Pasado este tiempo el cremoso baja en favor de pomelo con hierbas frías, menos cargado a la salvia y con cruces de ajenjo, romero, eneldo y pachulí verde natural no confitado, con el calone rondando como base fría menos salada. A unas 4 horas se mantiene el cuerpo de helechos con un nuevo aumento del cremoso hacia las frutas, mostrando líneas frutales más jugosas que se acercan a los melones y con esto uniéndose con el calone que se mantiene frío, con el eucalipto cobrando más fuerza al seguir oliendo por más tiempo dando una sensación no mentolada que se siente hasta el fondo de la nariz. Parece también haber unas primeras notas de madera, con un especiado suave en la línea del jengibre. En fase final la nota de crema tiene pequeños dejos plásticos, con el eucalipto destacando como una nota limpia algo destilada para mostrar más pureza y tendiendo a la idea de pachulí de bosque también bastante puro, ambos dando tonos fríos sin inclinarse al aroma a mentol por un efecto del calone, con el punto plástico atribuible a variaciones de la naranja amarga y el pomelo que rozan la flor de azahar.

La fragancia hace uso de una combinación de notas poco común que se enfoca bien en conseguir un efecto marino alineado con el mercado de los productos deportivos de la marca, una sensación de costas y mar agitado junto con una frescura y dinamismo joven y con rasgos deportivos propios del surf. La fragancia se enfoca bien en días calurosos del verano con exigencias propias del uso de diario informal deportivo por unos recuerdos a líneas de desodorante, incluso abriéndose a un uso invernal de interiores al aparecer la veta cremosa más elegante. En oficina el aroma se siente fresco y ligero, teniendo su mejor punto cuando aparece esta veta cremosa frutal que da una idea de imagen semiformal más profesional ligeramente especiada sin sacrificar edad, de carácter atemporal de interiores y con bastante atractivo al usar a nivel social, con idea de pulcritud y aroma fuera del promedio con un buen efecto memoria, tal vez con la línea de salvia marina mostrando algunos problemas de aceptación y con tendencia a ser intrusiva. Por el lado nocturno tiene buen potencial por la intensidad de su aroma, donde la intrusividad de la salvia supera los olores ambientales y el tono dulce de la crema se siente grato y no molesto por ejemplo en una cena o al transpirarlo en una fiesta. Por el lado romántico tiene puntos a favor y en contra, resultando atractivo e incluso algo adictivo a distancia pero con posibilidades de rechazo de cerca por el amargo de la salvia con el tono marino, dando la idea que se proyecta mejor como un aroma personal con atractivo social no seductor. Rango de edad entre 20 y 50 años.